sábado, 21 de febrero de 2009

Comunicar




Cómo te cuento de mi propio encierro

si yo misma no lo comprendo.

Cómo encontrar un refugio

cuando un muro está en el medio.


Comunico a través de mi hartazgo

sin poder colmar aquellos miles de pensamientos

que nublan todo lo que observo.


Un día más. rutina tediosa que comienza

buscando irónicamente un fin que nunca llega

ese que invade con ferocidad

y deja ciego al que no quiere ver.


Porque así de inexplicable

es un sentir ambiguo

tragedia de teatro

sin expectativas de ser contada.


Constante mi pesar

siempre a punto de estallar

dentro de este acompañamiento

que no hacen más que decorar

sueños invisibles

incapaces de crecer.

miércoles, 18 de febrero de 2009

Despierta




Quisiera tan sólo un instante de silencio, de paz para poder meditar acerca de qué es lo que sucede a mi alrededor.


El tiempo resulta macabro cuando se busca perderlo en ese desierto que con tortura caminas en busca de un paisaje que haga más placentero tu andar.


La gente se preocupa por temas imperceptibles dentro de ese oscuro abismo que te suele esconder.


Ya no escuchas aplausos, el telón se ha bajado y aunque te pidan a gritos que recuperes aquella acción, la misma inercia que vienes acumulando se recicla en una obsesión.


Sueños frustrados en tus bolsillos como si fueran piedras clavadas que no logras vencer.


Tu mirada perdida en el medio de un llano que sólo tus ojos pueden ver.


Y no quieres explicaciones, ya no te alcanzan ni te van a hacer cambiar dentro de tu camino que un día cercano tendrá que caer.


Despierta de esta pesadilla, emprende de nuevo un desafío, no tienes más que temer.


Dáte una oportunidad de modificar esos asuntos prohibidos que escondes en tus labios por miedo al menosprecio ajeno que tanto si tanto lo persigues comenzará a ser.



lunes, 16 de febrero de 2009

Cenizas




¿Qué te limita a ver más allá?
¿El temor de lo que puedas encontrar?
Suspiras en una selva repleta de animales salvajes que a tu lado quieren estar
cuando tú sólo piensas de qué manera los podrás ahuyentar.

Preguntas y repreguntas una y mil veces
cómo es que has llegado hasta acá.
Maldita suerte la mía, quererte tanto me hizo mal.

Heridas que cuestan sanar,
revolotean en este suburbio del que hoy intento escapar.
Escucho teorías y varias conclusiones acerca de mi pesar
pero ninguna es la correcta

pues sólo mi alma en pena
sabe con certeza qué se oculta en esta mente incierta
que hoy conduce a un camino duro de transitar.

Ritmo desenfrenado, tiempo a velocidad luz, ansiedad infinita
pintan de negro este cuadro
que bajo el anonimato busca decorar
un infierno de cenizas nunca recogidas
de aquél verano dónde el mar se quedó sin su sal.

domingo, 15 de febrero de 2009

Pérdidas




Popularmente el 14 de febrero se conoce como el día de San Valentín.


Una excusa linda para festejar el amor, aquél sentimiento que nos une a nuestro ser amado.

Personalmente (porque como es el lema de este blog “Es lo que hay para mí”) esta fecha representa un aniversario duro… la pérdida de un ser querido.

Es impactante observar qué puede causar en nosotros la muerte. Si bien es parte de la vida, es algo para lo cual no estamos preparados –creo que para lo único- y le tememos, la sufrimos, la maldecimos y, en muchos casos, no la podemos comprender.

Así te sacuden las pérdidas y cuando hablo de pérdidas no me refiero solamente a la muerte sino a un hueco irremplazable que creemos y del cual sufrimos porque pensamos que ya no va a volver a estar.

Hay pérdidas de todo tipo: de confianza, de autoestima, de una pareja, de un amigo, de un familiar… en fin son innumerables pero todas con una característica en común: Nos generan un conflicto interno que parece no encontrar respuestas frente al deseo fallido de pretender que en algo tan impredecible como es el destino se consume aquella esperanza e ilusión de imaginar que algo puede ser PERMANENTE.


Aferrarse a algo que no existe es negar la existencia de lo fortuito, de temer a que un cambio –cual sea su dimensión- sea capaz de paralizarnos y nos lleve a navegar en un mar de dudas.

Así de conflictiva resulta ser la mente humana. Resolutiva en muchos casos, autodestructiva en otros… tendencias opuestas por las que necesariamente tenemos que transitar para lograr finalmente un aprendizaje, una nueva perspectiva para afrontar lo que viene.

Porque de eso se trata cada uno de nuestros días… escenarios a los que salimos y a veces dejamos todo, otras resultan convencionales y están aquellos que intentaremos creer que son para el olvido… frase que repetimos constantemente para negar un recuerdo.

Soy de las que creen que el olvido no es más que una palabra que decora algo que está en nuestra memoria pues de lo contrario… ¿Cómo podríamos recordar un olvido si el mismo hecho de nombrarlo ya marca su presencia?

Por eso, quizá lo más justo sea llamar a las cosas por su nombre… ser conscientes y responsables de nuestros actos y sentimientos, admitir que sí existen errores, situaciones en las que nos sentimos vulnerables y que el hecho de que esto sea lo que haya para nosotros no lo veamos como un fracaso sino como un acto de valentía.

Porque no es fácil permitirse ver, desahogar y quitar del caparazón que todos en algún rincón llevamos nuestras limitaciones y -si tan sólo- comenzáramos a quitarle el dramatismo, el temor, la vergüenza y hasta el miedo a una equivocación podríamos hasta incluso en algún punto comenzar a rescatar los aspectos positivos de aquello que no está o que está en reemplazo de.

Es lo que hay para mí… PÉRDIDAS que no existen, porque las llevo cada día, en casa paso que doy y eso no me hace ni débil ni depresiva ni nada… me hace simplemente ser lo que soy… alguien que vive la vida buscando ENCONTRAR su lugar para no permitirse que ninguna pérdida la lleve a su propia pérdida ya que- por el contrario- un camino más ingenioso sería hacer exactamente lo opuesto para restablecer el equilibrio:
Comenzar a buscar en aquello que no tengo más qué es lo bueno que me quedó, lo que me resulta sano recordar y, sobre todo, saberlo ubicar en el lugar que crea que le corresponde como si fueran pequeños retazos que simbolizan huellas que con el paso del tiempo darán una enseñanza de crecimiento personal a la que un día le encontraré su valor para observarlo como una pieza más que ensamble con todo lo que vaya a venir… al menos para mí.

lunes, 9 de febrero de 2009

Lucha




Trayecto que se debe afrontar


para enfrentar un nuevo cambio


que traiga fortaleza y revancha


ante todo lo que por vivir queda.




Porque de eso se trata cada una de nuestras batallas


un aprendizaje que no debemos olvidar


para evitar recaídas.




La elección del ser o el estar


combate de verbos en búsqueda


de un camino que logre reflejar


aquello que uno realmente añora y quiere de verdad.




Salidas... múltiples opciones


la llave mágica... clave para abrir esa puerta


que con temor espías desde esa cerradura


que paraliza tu deseo de avanzar.




La lucha no es enfrentar ni preocupar


la lucha es aprender a ocuparse de la manera más sana


privilegiando nuestra felicidad


a cualquier precio que se deba pagar.




lunes, 2 de febrero de 2009

Vulnerable

En el tintero se esconde el secreto
que guarda aquella cueva en medio de la selva
llamada soledad.

Observas como una presa
a todo aquel que se te quiera acercar
por ese miedo de mostrar tu vulnerabilidad.

Juegas a ser superhéroe
pero de carne y hueso eres
la ciudad no te reconoce
mientras duermes y sueñas con ser invisible.

La sorpresa fue tu factor desencadenante
el cambio... tu miedo más profundo
en tu corazón laten temores
que guardas para no enfrentar
tu propio futuro.

domingo, 1 de febrero de 2009

Encadenada




Giras dando vueltas en el mismo lugar

imperceptible a tu andar

sólo se escuchan ecos de un hábito

que no te vuelve sano.


Más de mil veces repetiste

que no iba a volver a suceder

pero el espiral del silencio

te ha señalado lo que no debes hacer.


Equivocarse cuesta caro

condena a largo plazo

que te irrita por provocar

un inmenso vacío que no puedes acabar.


Rutina que un día optaste por hacer

con el fin de que tus días

sean más fáciles de recorrer.