viernes, 30 de septiembre de 2011

El circo de la verdad




Me acuerdo un día en el que a uno le parecía lejano lo que ocurría en la película "The Truman show". Más de uno pensó, pobre tipo... vivió toda su vida engañado, como una marioneta a la que le marcaban su destino sin elegir las cartas.

Rápidamente me pongo en el lugar donde estoy, luchando por la privacidad contra una red social que trata de dominar la vida de todos. También soy autocrítica y pienso que uno le da de comer... y en esa autocrítica automáticamente se me vienen distintas imágenes.

El caso Candela, con un Darín que sale a hablar pidiendo justicia... con el aval de haber hecho "Mi cuñado", por supuesto... algo que a los secuestradores de la nena seguramente les interesaría mucho y que rápidamente conduciría al camino de la justicia.

Me olvido... total así es todo no? Un día también pregonábamos el "No se olviden de Cabezas".

Y me pregunto... ¿Cuándo dejó de tener valor la palabra? Porque se la maltrata y todos se creen con la capacidad intelectual para opinar de todo, como si eso fuera la democracia, la justicia no?

Yo no creo que sea eso. Yo no creo que Rodolfo Walsh haya dejado su vida en vano.

Me harta la gente que se escuda para decir lo que quiere, bajo el respeto que todos le tenemos a la palabras justicia, democracia, etc, etc.

Palabras intangibles para todos, pero que cuando las decimos pensamos que estamos hablando en serio.

Entonces se me viene otra imágen.

Rial hablando de la dictadura porque la Alfano se acostó con Massera...

Porque eso nos dejaron los años más oscuros de nuestra Argentina, no?

Que pena me da que en el 2011 eso sea lo importante de esa época.

Quisiera saber cuántos saben qué se conmemora el 24 de marzo... No gente, el otoño arranca el 21 así que eso no es.

Llámenlo a Darín, a Rial... las fuentes que hoy se jactan de ser fiables, no?

Ojalá haya más Rodolfo Walsh, más Mandela, más Gandhi... más gente que valga la pena...

jueves, 29 de septiembre de 2011

Desde otro lugar




Doy vuelta la página
intentando ser verbo y no sustantivo.
Y en esas idas y vueltas
te encuentro en el mismo lugar
intentando comprender tus errores, yo los míos...
eternas batallas que intentamos ganar.


No me importan las marcas del pasado
hace mucho dejé de mirar las huellas.
No porque las niegue, ni porque las olvide
simplemente no vivo del pasado
para ser quien soy.


Pero casi sin proponérmelo
en el día a día estás como mi amigo
y qué me importa el qué dirán.
Ya no finjo olvidar tu existencia...
solo aprendí a disfrutar
una nueva forma de acompañar.