miércoles, 30 de julio de 2008

90-60-90





La Anorexia es un tema que se ha tratado tanto que hasta puede resultar aburrido leer algo sobre esta enfermedad.

Pero la verdad: Ninguna enfermedad es divertida.

Hoy quiero hablar de la Anorexia tomando como fuente una canción y mi experiencia personal –la padecí todo un año-.

Primero me gustaría que lean y/o escuchen esta canción que compuso Florencia Villagra –cantautora cordobesa-. Ella escribió inspirada también en su propia experiencia.

90-60-90 (Cd:INSTRUCCIONES PARA USURPARTE)
(Letra: Florencia Villagra; Música: Eduardo Frigerio)
Comprendo que le temas al espejo.
Lo miro de reojo, igual que vos.
Que esto no es lo suficientemente firme y curvo
y esto aún no está del todo plano.
Comprendo que le temas al verano.
Septiembre me preocupa como a vos.
La histeria de llegar a enero para gustarle al mundo entero,
para gustarle al rubio escultural.
¿A quién queremos engañar?
Si al final, nadie le escapa al tiempo.
Si al final, sólo trasciende lo que sos.
¿Quién es feliz siempre tratando de gustar?
La vida no me va esperar.
La vida no te va esperar.
Entiendo que te indigne el nuevo aviso
a mi me pone en llamas como a vos.
La modelo agradeciendo su belleza a un yogurt.
Y a vos, que no te cierran tus medidas.
Entiendo que te sientas aturdida.
A veces me confundo como vos.
El último bocado activa la culpa que traes escondida.
Y si ese chocolate te venció,tal vez deba salir por donde entró.
Si al final, nadie le escapa al tiempo.
Si al final, sólo trasciende lo que sos.
¿Quién es feliz siempre tratando de gustar?
La vida no me va esperar.
La vida no te va esperar. (bis)
Entiendo que te sientas aturdida.A veces me confundo como vos.

En este link http://www.youtube.com/watch?v=4L8zi8ussyg
Van a ver un video realizado por Cyntia Campos que lo hizo para un trabajo práctico de inglés - con la canción de fondo-.

No puedo decir nada acerca del tema “90-60-90” porque a mi entender es perfecto. Es el relato más sincero y honesto de algo tan duro y actual, desde la óptica de alguien que lo vivió en algún momento de su vida.
Solo la quise utilizar como fuente para que quizá puedan entender un poquito más lo que siente la persona que la sufre –porque sería ridículo explicar qué es la anorexia habiendo tanta información circulando en la web-.

Así que ahora me largo yo, no desde una canción sino desde mi mejor amiga: LA PALABRA.

Desde los 16 hasta los 17 años viví en un "mundo enfermizo" en donde todo se basaba en calorías.

Mi anorexia era parte de una depresión que yo estaba padeciendo.

Me veía asquerosamente flaca –quiero aclarar que no exagero al decir esto, mido 1,65 metros aproximadamente y llegué a pesar 39 kilos-.

La anorexia no sólo me hacía infeliz a mi sino también a mi familia. Yo, en aquél entonces, me quería tan poquito a mi misma que solo sufría el sufrimiento de los demás –valga la redundancia-.

Mi vieja, mis abuelos, mis amigos, todas aquellas personas que amo profundamente las veía como “gente mala que me quería hinchar como un chancho”.

Así, fui aislándome de todo el mundo. Temía socializar, ir a cenar con amigas y ver que todas comían alegremente hidratos –porque seamos honestos si nos juntamos es para morfar a lo loco jeje- y yo sintiéndome incómoda porque mi cabeza me lo impedía.

Al leer esto ustedes pensarán: ¡Esta chica está muy loca!

Pero créanme, lamentablemente la gran mayoría de las personas que tienen o tuvieron anorexia les ocurre/ocurrió lo mismo que a mi.

Por suerte, un día me desperté de esa pesadilla y volví a vivir la vida.
Me costó, pero la satisfacción de haber salido de eso me fortaleció y, con el tiempo, aprendí a tomarlo como una "lección de vida" por la cual nunca más voy a pasar.

¿Saben por qué?

Porque tenía 16 años y me perdí un año de mi vida: En vez de ir a bailar con mis amigas, enamorarme de un chico distinto todos los días y escuchar música pop, estaba encerrada en un círculo vicioso que incluía solamente a la comida y a todos los médicos que tenía que ir por semana –ginecólogo, médico clínico, psiquiatra y nutricionista-.

Como verán, no fue una experiencia agradable pero sí una que jamás voy a volver a pasar -repito hasta el cansancio- y hoy lo digo con plena seguridad, con orgullo y a la vez con tristeza porque sé que hay muchísimas chicas que en este momento la están transitando.

El único humilde consejo que les puedo dar –a quienes la estén padeciendo- es que, por un segundo, traten de mirarse desde afuera y reírse de ustedes mismas –aunque suene morboso-.

Ríanse de qué locura es negarse a un plato de fideos, un chocolate, una gaseosa cuando, en realidad, son uno de los placeres más grandes que existen sobre la tierra –después del amor-.

Es verdad que hoy en día esta “sociedad consumista” nos trata de inculcar que ser “90-60-90” es lo más groso que nos puede pasar en la vida, pero no crean todo lo que ven/escuchan.

La desconfianza –si la sabemos utilizar inteligentemente- es el primer paso para llegar a la verdad. Con esto me refiero a que no tenemos que creer en todo lo que vemos, incluso aunque lo diga la bendita “caja cuadrada” –más conocida como televisión-.

La belleza de una mujer se mide observando su felicidad y seguridad –que tiene de sí misma-.

Quien perciba seguridad, felicidad e inteligencia en alguien seguramente jamás olvide a esa persona.

Ojalá que todo aquello que connote “superficialidad” deje de existir para que no lastime a nadie más.

Ojalá que llegue el día en que todos aprendan a aceptarse tal como son –con sus defectos, con sus virtudes-, ojalá que sea pronto. Porque, recién ahí, el respeto, la belleza y el amor serán pilares más sencillos de alcanzar.

Ahí nuestros defectos algún día se convertirán en virtudes porque solo serán pequeños retazos de nuestro pasado que nos enseñaron a no volverlos a transitar.

1 comentario:

LiLiTh (NeFeSh) dijo...

Hola, yo también sufrí de anorexia derivada de una depresión, pero en mi caso tuve crisis durante 8 años. Ahora que me he recuperado coincido contigo en que esto nos hace más fuertes.
Aquí cuento algo de mi historia y de lo que pienso hay detrás de esta enfermedad.
Besos.