domingo, 21 de septiembre de 2008

Agencia Noticiosa "Saporiti"





ORIGEN DE LAS AGENCIAS NOTICIOSAS a nivel mundial

El origen de las agencias noticiosas periodísticas debe señalarse de una manera simultánea en Europa y América, a principios del siglo XIX, con las incipientes actividades de Charles Havas, en París, y la constitución en Boston (EE.UU.) de la “primera mesa de noticias” atendida por Samuel Topliff y Harry Blake. Pero debemos advertir que en la Edad Media los comerciantes eran verdaderos divulgadores de noticias e informaciones que recogían durante sus frecuentes viajes.

Algunos autores señalan el año 1825 como fecha de origen de la Agencia Havas.


En 1835 aprovechando las ventajas del telégrafo óptico de los hermanos Chappe, fueron designados corresponsales en distintas capitales europeas. En 1840 Havas comenzó a utilizar un antiguo medio de comunicación: la paloma mensajera, y se entiende que el método empleado la trasformó en una auténtica empresa noticiosa.


En Buenos Aires, Havas quedó definitivamente establecida en 1874, en vísperas de la inauguración del cable transatlántico entre nuestro país y Europa.

La agencia alemana Wolf apareció en 1848 pero en 1915 desaparece cuando el gobierno alemán crea con fines de propaganda política la Transocean. Dos años más tarde seguiría ese ejemplo la TASS: fines informativo-propagandísticos. En Alemania, Reuter también fue otra de las primeras agencias noticiosas que se crearon en el mundo con carácter internacional. Inició sus actividades en 1840. Para el envío de sus despachos utilizaba el telégrafo eléctrico y palomas mensajeras. En 1851, Reuter decidió transferir sus oficinas principales a Londres.


En 1872 se fundaron en Inglaterra las agencias Press Association y Exchange Telegraph.

Al comenzar la Primera Guerra Mundial, las agencias noticiosas internacionales más importantes del mundo continuaban siendo Havas, The Associated Press (fundada en 1848 como una cooperativa de periódicos que pasó a ser un poderoso medio de información), Wolf y Reuters que habían constituido en 1893 la Red Mundial de Agencias Informativas Interaliadas. Se sumaban a las mismas, en importancia, United Press Associaton (1907) y el Internacional News Service (1900).

Todas estas agencias influyeron en la opinión pública durante el desarrollo de la denominada Gran Guerra.

En cuanto a América, la “primera mesa de noticias” de Boston, creada en la segunda década del siglo anterior, respondió a la necesidad de proporcionar informaciones de bolsa, rubro que se amplió con otras noticias procedentes de ultramar. El intenso movimiento marítimo que había en el puerto de Boston fue el motivo que determinó la instalación y expansión del servicio noticioso.

Blake hacia de reportero recorriendo el puerto en un bote de remos con el que interceptaba los paquebotes que llegaban de Europa y recogía las novedades que le proporcionaban a bordo los tripulantes y pasajeros. Reunida las noticias, se las entregaba a su compañero Topliff.

Reforzando esos medios, la empresa estableció también un servicio de postas desde Filadelfia.

Este sistema fue superado por el periodista Craig de Nueva York que mejoró el trabajo saliendo al encuentro de los barcos de ultramar hasta uno 80km de la costa. Esta práctica cobró muchos adeptos hasta que llegó el telégrafo eléctrico.


LAS NOTICIAS EN BUENOS AIRES DURANTE EL SIGLO XIX


Los decretos y las resoluciones del gobierno se publicaban en la “Gaceta de Buenos Aires”. Pero Rivadavia resolvió que las disposiciones del gobierno se hicieran conocer a través de un boletín oficial, para lo cual la “Gaceta de Buenos Aires” dejó de aparecer como periódico. Cabe recordar que los últimos años de este diario fueron de franca decadencia.

Los periódicos de aquel entonces informaban de forma precaria ya que estaban conformados por colaboradores espontáneos. Por lo tanto, la información de interés general recogida y elaborada por un cuerpo propio de redactores no se reconocía.

El Correo fue de gran importancia en el periodismo nacional hasta el advenimiento de las agencias noticiosas. Los corresponsales oficiosos de los periódicos del siglo anterior estuvieron pendientes de los servicios de postas, correos y mensajerías, así como más tarde dependerían del telégrafo.

Pero la agilidad periodística en el país, vino de la mano de la aparición de “El Argos de Buenos Aires” (1821-1825). En sus páginas se trataron diversos temas de interés público. Como redactores principales, el “Argos” tuvo a Santiago Wilde, Ignacio Núñez y deán Funes.

La Revolución Industrial fue de vital importancia para el surgimiento de un clima de dinamismo en el que surgirían verdaderos pilares de opinión: “La Capital”, “La Prensa” y La Nación”, “La República” y “El Nacional”.


En la medida que transcurría el siglo, irían apareciendo otros baluartes del periodismo argentino tales como”Los Andes”, “La Democracia”, “El Liberal”, “La Nueva Provincia”,etc. Por otro lado, también hacen su aparición diarios de distintas colectividades.

Para la segunda mitad del siglo XIX afloran páginas periodísticas por todo el país. Tal como en Buenos Aires, los periódicos proliferan en distintos lugares del país. En la ciudad porteña, el dueño de “La República”, Bilbao, implanta en 1865 la venta callejera de los diarios. El pregón callejero constituye un importante paso hacia el periodismo moderno y transmite a la ciudad capital un nuevo ritmo basado en el ansia de la información. Son los vendedores de diarios de ese entonces quienes “imponen” al periodismo una acentuada necesidad de “primicias”.

Las informaciones del Viejo Mundo y de América, inclusive, llegaban anticipadamente a Montevideo debido a que el puerto de esa ciudad era el punto terminal de las líneas europeas y de escala de las líneas del Pacífico.

El cable trasatlántico que uniría Buenos Aires con Europa a partir de 1875, mudó fundamentalmente el “clima” de la noticia dentro del periodismo argentino. Gracias a este, el país acortó distancias con el Viejo Mundo. La fisonomía de la prensa argentina se modificó con los primeros cablegramas que aparecieron en “La Nación”. Poco a poco, este país iba a ser reconocido mundialmente por lo abierta que era su prensa.


AGENCIAS NOTICIOSAS ARGENTINAS

La primera agencia fue constituida por don Carlos Fortunato Saporiti, quien inicialmente actuó como corresponsal de diarios del país y naciones limítrofes. La Agencia Noticiosa Saporiti se fundó en el 1900. En un principio, se conoció en los medios locales con el nombre de “Corresponsalía Saporiti”.

Con apenas 17 años, Carlos Fortunato Saporiti fundó y dirigió en su pueblo natal (la localidad bonaerense de Carmen de Areco) un periódico. Una vez instalada su corresponsalía en Capital Federal, la cual abarcaba una apreciable cadena de publicaciones, sus servicios pasaron a estar respaldados por la colaboración de don Emilio José Saporiti, su hermano que era Jefe de Noticias de “La Prensa”. El director de este diario, para ese entonces don Ezequiel Paz, le cedió a don Carlos una pequeña oficina en el edificio de Avenida de Mayo para que actuara como corresponsal de diarios del interior.

Las noticias se obtenían en “La Prensa” y algunos de “La Nación”. Para esto, don Carlos compraba el diario a la hora de salida y lo analizaba para luego retransmitirlo por el Telégrafo de la Nación a los clientes.

Paralelamente de activar el despacho de las noticias de último momento, obtuvo en el Correo una salita contigua a la Oficina de Telegramas.

Como Don Carlos colaboraba en el tradicional diario porteño, los clientes de su agencia tenían la seguridad de recibir las primicias con un nivel impecable. Frente al éxito de la corresponsalía por la contratación de servicios por parte de nuevos clientes, en 1904 aparece en la ciudad de Córdoba “La Voz del Interior”. Este órgano periodístico dominaba todas las fuentes de información del exterior. Esto la convirtió en una importante vía de comunicación para la agencia, la cual pudo concretar la instalación de una estación receptora central. Dicha estación funcionó en la sede de “La Voz del Interior” para retransmitir noticias recibidas de Buenos Aires a los clientes lejanos.


A partir de entonces, los éxitos que Saporiti consiguió llevaron a que la empresa cobrara dimensiones imprevistas ya que se adhirieron diarios argentinos y del exterior debido a que Saporiti participaba activamente en la fundación de nuevas empresas periodísticas que lo llevaban a viajar constantemente al exterior y así ganar prestigio y grandes afectos.

Debido al gran crecimiento de la agencia, don Carlos se mudó a un local más grande en donde estaba instalado un colega suyo llamado Juan. B. Torres con el que, en un principio tuvo una muy buena relación hasta que Torres le robó primicias de su agencia. Entonces don Carlos alquiló un local en el edificio donde antes funcionaba “La Razón”. En esta nueva sede, su labor fue mucho más intensa por el suceso que marcó un antes y un después en el mundo periodístico: la Primera Guerra Mundial.

Durante la Gran Guerra, la agencia difundía su servicio de forma exclusiva al interior por el Telégrafo de la Nación y los telégrafos de los ferrocarriles del Sur, Central Córdoba y Central Argentino.

A principios de 1920, la agencia continuaba con un fuerte ritmo a pesar de seguir careciendo de personal puesto que las tareas se centraban en don Carlos, su sobrino Leandro Nicolás y Ramón Serra y un mandadero que se lo conocía con el apodo de “Granito”. Otro colaborador fue Mendieta que pasaba información desde el Congreso de La Nación.

El 4 de mayor de 1922 don Carlos Fortunato Saporiti fallecía. Su muerte fue un duro golpe para su empresa por la dificultad de conseguir un sucesor que mantuviera la trayectoria que ésta había alcanzado.

Finalmente, la familia Saporiti decidió que Leandro Nicolás Saporiti, sobrino del fundador que ayuda activamente al fundador, estuviera a cargo de la dirección. Para esto, recibiría la ayuda de don Emilio, quien ya venía siendo colaborador.

Con el consentimiento de don Emilio, en 1924 don Leandro alquiló oficinas en la tradicional Galería Rosario. En este edificio, la redacción fue reconocida porque constantemente recibía la visita de clientes y personajes famosos que les transmitían noticias o “chismes”.

En 1925 Don Leandro instaló en Córdoba una estación radiotelegráfica que pasó a ser una de las primeras que funcionaron con fines periodísticos en América del Sud. La estación se instaló en una de las dependencias de “La Voz del Interior”, con el fin de recibir desde Buenos Aires el servicio noticioso para dicho diario y además difundirlo a otros clientes del interior que al estar alejados de Buenos Aires, no recibían bien las emisiones de la agencia central. A su vez, Córdoba informaba a la ciudad porteña de las noticias de aquellos clientes para que llegaran a los medios porteños.

Con este intercambio de noticias la agencia dejó de tener una fisonomía de “corresponsalía” para pasar a ser una auténtica agencia de informaciones periodísticas.

El 13 de enero de 1926 se produce repentinamente el fallecimiento del señor Emilio José Saporiti. Debido a esto, don Leandro quedó a cargo del pleno ejercicio de la dirección de la empresa. Este llamó a colaborar a su lado a su hermano Carlos Alberto Saporiti que estaba por recibirse de abogado y finalmente terminó siendo el subdirector y un brillante periodista.

En las oficinas de la Galería Rosario la agencia cumplió un rol informativo sumamente importante. Aparte de la implementación de la estación radiotelegráfica de Córdoba, Saporiti introdujo como novedad el fidusfon. Este era un sistema de grabación en cilindros de ceras a base de dictáfonos conectados directamente al teléfono de las redacciones (muy similar a lo casetes).

Hacia 1935, Saporiti pasaba a funcionar en Diagonal Norte 615. Su nueva sede era, ahora, uno de los edificios Bencich. Las amplias salas de esta redacción eran famosas por el clima laboral en el que se trabajaba puesto que reiteradas veces las bromas se extendían a los propios compañeros de tareas.

Durante la Segunda Guerra Mundial, Saporiti fue contratada por Havas y Stefani. Pero su mayor logro fue la primicia mundial que obtuvo: el cese definitivo de las acciones bélicas. Esto se debió a la astucia del corresponsal Lefcovich que ya había preparado el contenido de la información para cada opción que se pudiera dar. Por lo tanto, cuando Japón capituló, el periodista ordenó la salida urgente de la primicia mundial que se aventajó a todas las demás agencias. Este cable resultó ser un trofeo en la sala de dirección.

Luego del éxito logrado en 1945, llegaría una época oscura para la agencia con el gobierno peronista ya que le aplicó quince días de clausura por difundir determinadas noticias. Otro lamentable hecho fue el frustrado fusilamiento que se produjo con ocasión del “complot” peronista a mediados de 1956 debido a que se acusaba a don Leandro de transmitir mensajes de los rebeldes. Esto fue a causa de que cuando en el país se desató la “guerra sucia”, Saporiti fue elegida como certero medio de difusión de los comunicados emitidos por los grupos guerrilleros en la Capital Federal. También en este período el diario “La Prensa” sufrió la confiscación del gobierno peronista.

El gran logro de la agencia durante esta época fue conseguir, gracias a un cronista que estaba en el Campo de Mayo, el sorteo de ciudadanos para el servicio militar. Gracias al cronista, se adelantaba al pueblo acerca de la información oficial.

En 1969 don Leandro sufre una dolencia y es internado en el Hospital Italiano. Desde la camilla, el director mandaba instrucciones a la redacción mediante amigos y colaboradores hasta que finalmente el 1 de agosto de 1969 falleció.

Tras la muerte, asumió interinamente la dirección de la agencia el doctor Carlos Derliz Saporiti, a quien sucedió en 1973 don Alberto Saporiti, quien en 1978 fue nombrado director periodístico de la “nueva” Agencia Noticiosa Saporiti convertida en una sociedad anónima en 1980.

En calidad de gerente general de la empresa entraba en funciones, también, el coronel Nicolás Savio quien contribuyó al alejamiento de don Alberto Saporiti por introducir normas en la redacción que rompían con las tradicionales.

El cierre de esta sociedad, que se presentaba como la sucesora de la tradicional agencia, se produjo durante el gobierno de Alfonsín cuando Leopoldo Moreau ratificó la decisión del gobierno nacional de cerrar la agencia en febrero de 1984 debido a que la empresa era altamente deficitaria y además, estaba vinculada a la Secretaría de Informaciones del Estado (SIDE).

A todo esto, la hija de don Leandro, Delia Rosario Saporiti de Gallo (conocida como Charito), constituyó a poco de fallecer su padre, la denominada Agencia Saporiti, con intenciones de convertirla en auténtica sucesora de la empresa que fundara don Carlos Saporiti. Constituyó un modesto cuerpo de redacción y editó la revista “Realidad”, la que ofreció un bosquejo biográfico de don Leandro y de su agencia.


Sin embargo, todo el esfuerzo de Charito fue en vano a causa de las grandes erogaciones económicas que se plantearon e la organización y el funcionamiento de la agencia.


OTRAS AGENCIAS DE ARGENTINA


En 1925 comenzó a actuar la Agencia Austral como apéndice del diario “La Nación”, por iniciativa de don Jorge Mitre. Sus servicios se remitían a importantes diarios del interior del país así como también del exterior como “O´Globo” de Río de Janeiro. Dejó de funcionar en 1935.

El 14 de abril de 1945 entra en funcionamiento la agencia Telenoticiosa Americana (TELAM) en carácter oficial. Otra agencia noticiosa nacional se constituyó a fines de diciembre de 1981 y comenzó a emitir sus servicios en 1982 bajo el nombre de Diarios y Noticias (DYN). DYN conformaba una sociedad de empresas periodísticas argentinas.




Fuente: GALLARDO, Domingo: Saporiti. Editorial Arte e Impresión. Buenos Aires, 1999.

2 comentarios:

l dijo...

Hola. Quería preguntarte si sabés dónde se puede conseguir el libro de Gallardo sobre la agencia Saporiti. Gracias
Marcelo

Unknown dijo...

Cfk corrupta

https://youtu.be/n8MzDa96Tnw