sábado, 13 de septiembre de 2008

The big problem



¿Quién no cargará en su vida un Mr Big? Aquel hombre que amas con locura y que te hace perder la razón, que siempre está en tus recuerdos, el que no tiene punto de comparación y nunca podes olvidarlo...


Ese hombre que será una eterna incógnita que no tiene nombre, que no tiene casilla donde ubicarlo porque no sabes qué significará en tu vida y quizá tengas miedo de averiguarlo...


El que siempre te sorprende, te deja sin aliento y con ganas de pegarle y al mismo tiempo darle el beso más grande que hayas dado.


Ese es Mr Big. El que te quita el sueño, el que cada vez que aparece te crea un desequilibrio amoroso.


Sex and the city -una de las series predilectas de toda mujer de entre 20 y 40 años- nos hace sentir identificadas no por el glamour y por la vida social que llevan las protagonistas sino por lo que pasa en lo más adentro de ellas: las dudas, los replanteos, las crisis, los amores, las aventuras y la mirada prejuiciosa de algunas personas frente a una mujer soltera autosuficiente.


Eso es Sex and the city, identificarse en cada capítulo con alguna de las cuatro protagonistas, padecer con Carrie, Miranda, Charlotte y Samantha las aventuras y desventuras de sus vidas como si fueran propias.


Algo que los hombres jamás entenderán, acaso ¿Alguna vez vieron a un hombre que diga "que bueno está Sex and the city"? Lo más probable es que opten por Lost...


Es lo que hay para mí, una serie de cuatro amigas que muchas veces me ha hecho sentir identificada tanto en experiencias personales como ajenas....

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